Una mañana de septiembre, ya casi terminado el verano, la princesa Luna paseaba por un camino cuando encontró a un desconocido. Asustada y nerviosa por el inesperado encuentro la princesa preguntó:
-Quién eres? Y que haces paseando en estos jardines? Hace tiempo que nadie pasaba por aqui.... no te esperaba.
El príncipe, más nervioso y conmocionado que ella, logró responder que se trataba del príncipe Sol, y que buscando libertad y felicidad había salido de su reino para intentar encontrar una manera de cumplir sus objetivos.
Tras ese encuentro y no con poca emoción y miedo, decidieron seguir caminando juntos por aquel camino. Al anochecer, se despidieron deseando en su interior, volver a encontrarse al día siguiente.
Pasaron tres días, quizás cuatro y la princesa decidió llamar a su mensajero
- Entrega esta nota, rápido, y con la respuesta vuelve antes de que se ponga el sol.
“Nunca me gustó ir sola al cine y en el Teatro Real están proyectando un film que me gustaría ir a ver”
El príncipe Sol no se lo podía llegar a creer, aquella desconocida, la que le había quitado el sueño cada noche y rellenado el estomago de mariposas, acababa de invitarle al Teatro Real, a él, al cine, al príncipe Sol, al teatro, ¡con ella!
- Los mensajes siempre llegan rápido conmigo Princesa
“A las 7 en la puerta de teatro,Firmado: Tu príncipe Sol”
La primera media hora fue un verdadero desastre, a cual más nervioso, no sabían que decir, el príncipe y la princesa se miraban, reían, callaban…tomaron un zumo de grosellas, para intentar aparentar más tranquilos, pero sólo la oscuridad de la proyección les llenó de calma.
“Dos días en Paris, dirigida por Julie Delpy”
- “No estado mal, ¿verdad princesa? Los protagonistas un poco locos pero qué se puede esperar de estas película de fin de siglo..”
- “Ha sido preciosa, algún día, te enseñaré París”
Tras salir del Teatro, y ayudados por los latidos de su corazón, decidieron tomar otro zumo de grosella, ya que, aún sin todavía admitirlo, los nervios no les habían dejado disfrutar el anterior.
Estuvieron juntos unas dos horas, o eso creían ellos, porque al despedirse y con la sonrisa de quien ha pasado una de las mejores tardes de su vida, se dieron cuenta de que el carruaje del príncipe y debido a su tardanza, había decidido partir hacia el reino sin él.
- “No me lo puedo creer, princesa, ¿qué hago ahora?…el siguiente carruaje vendrá por la mañana…no se me ocurre qué puedo hacer”
- “Puedes quedarte en mi palacio…… sino te importa….para mi será un verdadero honor aceptarte en mi hogar”
A la mañana siguiente, un sol radiante iluminaba el reino, las flores llenaron las laderas de las montañas y una música alegre llenó cada rincón del palacio de la princesa Luna. Al despertar y junto a la cama del príncipe encontró una nota:
“Yo te traeré la felicidad que te mereces
Maite Zaitut”
Firmado: Tu príncipe Sol
Cuenta la leyenda que desde aquel día de septiembre se les puede ver felices paseando por el reino, bailando en los salones del palacio, compartiendo noches de ajedrez, yendo al teatro, paseando juntos a la orilla del mar, viajando, haciendo compras, cocinando…quizás todo es leyenda, o quizás no, pero lo que sí aseguran los sabios del lugar es que están juntos, siempre juntos.
3 comentarios:
...mmm....pues ahora que lo dices Lunita, yo creo que desde Septiembre mas o menos el sol y la luna brillan mucho mas...Tendrá algo que ver ese cuento?
Claro que tiene ver, estoy segura. la Luna no es más que un satélite que refleja el brillo del Sol, cuanto más radiante es éste último más brillara ella.
Bonita historia!
Desde el colectivo de estrellas fugaces nos salengranos, digoooo nos alegramos de que a la luna y el sol les vaya tan bien!
PD: ¿Partidas de ajedrez? NERDS!
Un beso!
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