domingo, 18 de febrero de 2007

Pues perdida tampoco se está tan mal..

Una semana más en este mundo de locos, he recuperado una de mis mejores y quizás, porque no, extrañas costumbres que me hacen sentir bien....Y es que cuando la vida se convierte en monotonía y la realidad llena mis venas...necesito refugiarme en algún sitio, desaparecer por unas horas, unos días.....En mi adolescencia,fue un alejado paraje de Cantabria, ahora...que más da, un pueblo, una aldea, aquí, allá.....los ingredientes son los mismos: No decir a nadie donde estoy, apagar el teléfono móvil y escaparme a un lugar verde, tranquilo y silencioso, buena compañía, buena música....y conseguir así alejarme cuerpo y alma de esa vida que me persigue y atrapa hasta a veces intentar ahogarme......

Como podéis imaginar este fin de semana lo he pasado así y volvería a repetirlo mil veces más....No hay palabras que describan la sensación de escuchar el silencio, sentir que las montañas te observan más allá del cristal y mirar alrededor y no ver a nadie....simplemente mi esencia y mi presencia.....

Si algún día no sabéis donde encontrarme, no me busquéis...solo yo sabré cuando he de aparecer.......

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